Una vez más la sociedad chilena da ejemplo de madurez política con la elección de Sebastián Piñera. Lejos de enfrascarse en un inútil enfrentamiento, a veces violento en otras naciones, los ciudadanos chilenos sencillamente cerraron un ciclo histórico y comenzaron otro a través de un proceso electoral ordenado y civilizado. Hace ya veinte años desde que la nación sureña recobrara la democracia, los mismo veinte años en el cual la Concertación se mantuvo en el poder político dirigiendo el país con una madurez política que es envidia de los países vecinos. La historia definitivamente parece haber enseñado a los políticos de «izquierda» a gobernar con mayor tino político y amplitud, y sin duda alguna así lo demostraron Bachellet, Lagos, Frei y Alwyn. Ahora le corresponde a la «derecha» demostrar la misma madurez política, encausar al país por mejores sendas sin menoscabar los logros en el campo social, democracia e igualdad . También deberá mantener la muy ponderada política exterior chilena que la mantiene como una nación líder en el hemisferio.  Me pregunto si llegará el día en cual la política no gire en torno a ideologías extranjeras de izquierda y derecha, como es el común denominador en nuestra América Latina .

    En todo caso, el chileno Sebastián Piñera es electo Presidente de Chile por los próximos cuatro años. Piñera proviene de una familia de clase media y efectuó estudios de Ingienería en la Universidad Católica de Chile y de Economía en Harvard. Así mismo, fue Senador durante ochos años en el Congreso Nacional. El nuevo presidente logró convertirse en  un acaudalado empresario, uno de los hombres más ricos de Chile, dueño de Chilevisión,  el club Colo Colo, la aereoínea LAN Chile, entre otras empresas y precisamente bajo un gobierno socialista.  En Chile no le tienen miedo a ser socialista, pero tampoco le tienen miedo a ser rico. Obviamente es un hombre de probada experiencia en los negocios, la pregunta es si puede extender tal experiencia  para distribuir mejor los beneficios de un estado social y de una economia próspera entre todos los ciudadanos. Esperemos que el hecho de ser un empresario millonario, y haber estado envuelto en uno que otro escándolo financiero, no lo convierta en el Silvio Berlusconi de América Latina. Buena Suerte y Viva Chile!